jueves, 20 de septiembre de 2007
Miradas que te hablaban de un algo
Ya mi voz es grito desgajado
en torrente de soledad.
El cielo, amorosa, acuna mi queja
y por su cueca infinita, en vaivèn,
viene y va...
El viento la desgrana en el vacìo
y el espacio vibra en su temor;
muerden mis làgrimas la tierra
mientras el grito errante se diluye,
sin haber rozado tu amor...
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